Terrorismo emocional.
Sólo somos el reflejo de lo que eramos, los restos de una utopía destruida por el odio y la codicia. Individualmente increíbles, colectivamente aniquiladores de todo lo que amamos.
domingo, 23 de diciembre de 2012
Mientras nos corríamos todo era perfecto, después sólo eramos defectos, uno de otro y otro de uno. Porque eso es lo bonito, que la perfección sea una puta utopía, algo tan lejano que no pueda ni verse. Lo inalcanzable es notablemente más atrayente, guste o no, es así, cuanto más difícil más ansias de superación, de mejorar, de ir a más. Pero... ¿Por qué tiene que ser más? ¿ Por qué no puede ser menos pero mejor?
sábado, 8 de diciembre de 2012
Tan humanos como inhumanos.
Amamos, quemamos y reconstruimos todo aquello que nos importa. Pero no nos importa hacerlo, crear para destruir, sin tacto alguno o sensibilidad. Somos tan humanos como inhumanos.
viernes, 7 de diciembre de 2012
sábado, 17 de noviembre de 2012
jueves, 8 de noviembre de 2012
Esencia VS El Resto
Siempre he creído que las personas tenemos dos partes totalmente diferentes, pero que nos marcan y definen por igual.
Me gusta decir que las personas tenemos una esencia, una pequeña porción de nosotros,algo personal e intransferible, único en el mundo, a veces más grande, otras más pequeña, algo que hemos creado con muchísimos años de experiencia y trabajo lleno de esfuerzo. Una diminuta parte de nosotros, que nos aporta el todo de lo que somos. Esa esencia tiene un poder enorme, va a ser lo que nos impulse a hacer locuras, a enamorarnos, a decidir a quién querer y a quién odiar, lo que nos va a decir cuando reír o por qué lloramos sin motivo. La esencia es intransmutable en todas las personas, no se puede cambiar, el fondo de una persona no se puede cambiar, no se puede alterar nuestra base, es un enorme escudo contra la manipulación del exterior, lo que nos hace diferentes a todos. Es algo que siempre está ahí, pero no en todos es igual de potente, a unos afecta más, a otros menos.
Luego tenemos la otra parte de una persona, aún no he decidido cómo llamarle, dejémoslo en "el resto". Pues bien, el resto es todo aquello que adquirimos del exterior, aquello que nos gusta o simplemente aceptamos por sociabilizarnos con el resto. Aquello que nos da miedo no aceptar, pero lo hacemos por conveniencia, todo lo que no necesitamos, pero que está en nosotros, porque así lo permitimos. El resto es la parte visible de cada uno, lo que vemos, lo primero que conocemos, lo que camufla la esencia verdadera. El resto va a ser la mayor parte de una persona, pero nunca tendrá tanto peso como la esencia.
La esencia normalmente se camufla, es difícil conocer la propia, no hablemos de una esencia extraña a nosotros. Por eso luchamos, porque la esencia es lo que nos hace sentir, pero buscamos una esencia ajena que nos haga sentir, no nos basta con la nuestra. No me vale con la mía.
Me gusta decir que las personas tenemos una esencia, una pequeña porción de nosotros,algo personal e intransferible, único en el mundo, a veces más grande, otras más pequeña, algo que hemos creado con muchísimos años de experiencia y trabajo lleno de esfuerzo. Una diminuta parte de nosotros, que nos aporta el todo de lo que somos. Esa esencia tiene un poder enorme, va a ser lo que nos impulse a hacer locuras, a enamorarnos, a decidir a quién querer y a quién odiar, lo que nos va a decir cuando reír o por qué lloramos sin motivo. La esencia es intransmutable en todas las personas, no se puede cambiar, el fondo de una persona no se puede cambiar, no se puede alterar nuestra base, es un enorme escudo contra la manipulación del exterior, lo que nos hace diferentes a todos. Es algo que siempre está ahí, pero no en todos es igual de potente, a unos afecta más, a otros menos.
Luego tenemos la otra parte de una persona, aún no he decidido cómo llamarle, dejémoslo en "el resto". Pues bien, el resto es todo aquello que adquirimos del exterior, aquello que nos gusta o simplemente aceptamos por sociabilizarnos con el resto. Aquello que nos da miedo no aceptar, pero lo hacemos por conveniencia, todo lo que no necesitamos, pero que está en nosotros, porque así lo permitimos. El resto es la parte visible de cada uno, lo que vemos, lo primero que conocemos, lo que camufla la esencia verdadera. El resto va a ser la mayor parte de una persona, pero nunca tendrá tanto peso como la esencia.
jueves, 25 de octubre de 2012
Lanza, juega, gana o pierde.
Como el Sol y La Luna, independientes, ninguno necesita del otro, nada gira alrededor de nada, distintos como el día y la noche, pero increíblemente unidos para que existan ambos. Sin Sol no habría Luna, y sin ella el Sol no brillaría ni la mitad ahí arriba. La Luna, fría como el hielo ártico, con una cara oculta que nunca veremos, escondida de la humanidad, una parte que sólo ella misma conoce, el Sol, ardiente como nada en el firmamento, millones de grados, siempre visible, descubierto, su único misterio es su interior, su creación, su belleza. El Sol, explosivo, efusivo, color rojo intenso, ardiente, con sus tormentas solares que salpican radiación a millones de kilometros, amirable de ver, adorado por todas las culturas como fuente de la vida, La Luna, tosca, pálida y blanca, marcada por los miles de impactos en su superficie, horrenda, misteriosa, a veces visible, otras veces tramando algo en la oscuridad, fría, sobretodo fría.
Y entre medias estoy yo, con una moneda, por un lado el Sol, por otro La Luna, ella decide qué soy ¿el Sol o La Luna? Lanza, juega, gana o pierde.
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