lunes, 28 de mayo de 2012

Pt. III

Eso es básicamente un día, escrito con objetividad, todo lo que hago, concretamente, lo que hice el 21 de Mayo de 2012. Cada cierto tiempo, los días se suceden así, todos igual, vacíos de interés, no hay pequeños detalles, no hay nada, son días vacíos. Cuando pasa, acabas por necesitar un escape, una vía, una salida, hay que volar de vez en cuando a otro lugar.
Lejos.


I’m a hood daydreamer now


miércoles, 23 de mayo de 2012

Pt. II

Sales del salón, vas a la habitación, te quitas las zapatillas y te pones las chanclas, con los calcetines puestos queda muy japones, enciendes el ordenador y mientras carga vuelves a quitar la mesa,recoges todo, vas a la cocina, lo dejas todo destartalado, después de unos cuantos viajes, buscas algo de postre en el frigorífico y vuelves a tu habitación, mientras te lo comes, buscas alguna conexión con quién sea, lees algún comentario estúpido que te hace reír y poco más, te avisan los de siempre, los únicos que se preocupan por ti, para jugar, no tienes nada más divertido que hacer así que aceptas, pasas un rato, una hora, o varias enganchado a esa mierda que te consume, decides hacer algo provechoso así que vuelves a la cocina a comer y beber algo antes de ir a entrenar. Te preparas todo, el judoki, ropa interior limpia, desodorante, toalla, chanclas, el móvil, la cartera. Vuelves a salir, otra vez el mismo camino monótono, igual que siempre, hasta el gimnasio, te preparas en un vestuario encharcado que huele a podrido, subes, saludas a todo el mundo, hablas con la gente, entrenas con tus amigos, aprendes cosas distintas, algo que te gusta y te llama la atención, disciplina, algo que a muchos les falta. Después de dos horas sin parar, acabas de entrenar.Bajas a las duchas y te metes bajo el grifo, relajas, respiras, piensas, te duchas y te vas.
Sales a la calle, ya es casi de noche, lo único que ha cambiado en horas, vuelves de camino a casa pensando en tus cosas, el camino se te hace muy corto, porque vas relajado a la vez que cansado y hambriento, esquivas un peatón, te cuelas entre un par de filas de coches en un semáforo y en un abrir y cerrar de ojos estás en casa.
Sales del portal, subes a casa y te espera una cena fría, tiendes la toalla húmeda, deshaces la mochila y te pones cómodo, vas a cenar, sólo, como todos los días que entrenas, vuelves a quitar todo lo que sobre de la mesa. El resto de la historia se resume en conectarte al ordenador, hablar con los pocos que te soportan, ver las páginas que te interesan, y irte a dormir, tras dos horas moviendo el cursor sistemáticamente por la pantalla para hacer lo mismo: nada.
Sales de la ropa, te metes en la cama, intentas dormir, das una vuelta, tienes calor, te destapas, te da frío, das otra vuelta y te vuelves a tapar, las cuatro de la mañana, sigues girando pensando en por qué no puedes dormir, por qué no puedes aguantar más de treinta segundos tumbado de costado derecho en tu propia cama sin tener pesadillas, cuando en cualquier otro sitio del planeta da igual, las seis de la mañana. Duermes.

martes, 22 de mayo de 2012

One more time.

Continua fuerte, no dejes que nada ni nadie te pise, vales más la pena, que veces te han dicho que no lo vales, sabes como van las cosas por aquí y yo se como van por allí, uno de los pocos, de los muy pocos. 
Continue Hard. 

Pt. I

Te despiertas, te revuelves en la cama, te das la vuelta, vuelve a sonar la alarma, te levantas, vas al baño, meas,  te lavas la cara, te miras tu cara de mierda, sonríes o pones cara seria, vas a la cocina, besas a tu madre, te preparas algo de desayunar, metes la taza en el microondas, esperas un minuto, la sacas, vas al salón, desayunas mientras miras al televisor sin siquiera escuchar lo que dice, vuelves a la cocina y dejas todo, vas a la habitación, recoges, haces la cama, te vistes, te preparas, coges todo, revisas otra vez, se te olvida algo y lo sabes, lo das por perdido, avisas de que te vas y te despides si alguien se preocupa por ti.
Sales de tu casa, esperas al ascensor mientras te pones música, se abre la puerta, pasas, mientras desciendes buscas algo que te contente, rebuscas la llave exacta en tacto del bolsillo, vas al trastero, sacas la bicicleta, te tropiezas, vuelves a cerrar la puerta y te vas.
Sales a la calle, montas y recorres la calle camino a la biblioteca, primera curva a la izquierda, llegas a las columnas, a tu derecha un yonki se esnifa la infancia de sus hijos, a la izquierda una madre pasea a su niño en carro, pero claro, tu vas por la carretera, no puedes girarte para mirar esas cosas así que sigues. Giras a la derecha, toda la feria dirección centro, te centras en lo que escuchas o el viaje se te hace pesadísimo, además de cansado. Llegas a la biblioteca, atas la bicicleta donde sea, no te fías de si estará cuando salgas otra vez, pero es lo que hay. Subes, buscas un hueco, saludas a la gente conocida y esperas que alguien te anime un poco el aburrido rato que te espera, encuentras un amigo, te quedas con él y el tiempo pasa una décima de segundo más rápido, sacas un libro dispuesto a irte a tu casa pudiendo fotocopiarlo mentalmente, mentira. Empiezas a estudiar, un ruido te distrae, intentas concentrarte, pero no te importa la España del siglo XIX, ni siquiera la del siglo XXI, te importas tu, tu familia y tus amigos, tienes mejores cosas que pensar que en la Guerra de la Independencia, pero hay que hacerlo. Un par de horas después alguien te propone salir, pierdes el culo.
Sales de la biblioteca, vas a comer algo, a dejarte las pocas monedas que tienes en esa fea cartera deshilachada, comes, bebes, te ríes un poco, que nunca viene mal, pero vuelves al infierno juvenil que son las obligaciones. Vuelves a pasar dos horas encerrado alternando reyes y dinastías, llega un momento que no aguantas más, desconectas totalmente y al tiempo te das cuenta de que estás haciendo nada, te vas.
Sales de la biblioteca, rebuscas en algún sitio para coger la llave del candado de tu bicicleta, que por suerte sigue ahí, te conectas otra vez a la música y te salva el camino a casa, siempre el mismo, sin nada diferente, sólo los coches, que incluso a veces son los mismos. Regresas a casa, cansado, bajas la bicicleta, la guardas, subes otra vez en ascensor, te cruzas con algún vecino simpático, que te hace quitarte los cascos, con la canción que venías escuchando, para decirte que hace Sol, ¿se piensa que soy gilipollas o ciego? Pierdes veinte segundos de música en una conversación que tardas tres segundos en olvidar.
Sales del ascensor, entras a casa, dejas las llaves en la entrada, todo un clásico, saludas a tu madre, dejas todo en la habitación e intentas tirarte en el sofá antes de que llueva una serie de preguntas acusadoras sobre estudios, obligaciones, matrículas o cosas menos importantes como poner la mesa, intentas descansar un breve pedazo de reloj antes de comer, llega la comida y con ella el resto de la familia, hablas sobre lo que has hecho, lo que hiciste y lo que harás, una noticia te llama la atención en la televisión, te cagas en la puta madre del director de cierto banco, por arruinar no a España, sino a las personas de a pie, quedándose nuestro dinero, se combinan varias conversaciones hasta que se acaba la comida.
Sales del salón...

lunes, 14 de mayo de 2012

Efecto supernova.

Los más locos siempre fueron los más solos ¿ o se volvieron locos al estar solos?
Sigo pasando horas en la ducha, sigo dándole vueltas en la cama, soy feliz, más que ninguno, tengo prácticamente todo lo que quiero, de verdad, no me falta nada e incluso me atrevería a decir que me sobran, entonces explica por qué todo es igual, por qué no duermo bien, por qué paso horas despierto en la cama intentando solucionar esos problemas que no existen, por qué ayer estuve tres horas en la cama despierto, sin ganas de levantarme, sin ganas de hablar con nadie y ahora estoy aquí escribiendo esto. Vuelve a ser como yo, a ser inconstante, a perderse entre dobles significados y metáforas demasiado claras. Me mato de ganas y de desesperación, pierdo la fuerza por darle muchas vueltas y acabo destrozando todo lo que hay a mi alrededor.
Efecto supernova, empiezo ardiendo y acabo consumiendo todo lo que hay a mi alrededor...

sábado, 12 de mayo de 2012

Ganar.

Vengo con ganas de escribir, de contar lo bueno y lo malo, pero como la mayoría de las veces, todo se queda en ganas.
Ganas de acabar con algo, no dejar las cosas a medio, terminar lo que un día empecé.
Recuerda chico: "Lo que no deja secuela, se queda en nada."

miércoles, 9 de mayo de 2012

Creeis que lo más lógico cuando amas algo es no sentir dolor, pero no entendeis nada. Cuando de verdad amas algo, quieres que duela, que te haga daño, es lo que de verdad te engancha a eso que amas, la adversidad, el dolor, el daño, el sacrificio. Es único ese sentimiento, no te importa nada más que estar ahí.

Feeling.



lunes, 7 de mayo de 2012

Mentalidad pirata.

Cuando no tienes lo que quieres sales a por ello, si la vida se porta como una puta y te cansas de esperar, sea como sea, a menudo con técnicas poco correctas, sufrimos de escorbuto, bebemos de los mejores rones, nos sentimos solos en la inmensidad del mar, soñamos con sirenas pero únicamente encontramos tiburones, vestimos andrajoso y nos reímos de todo. Bromeamos con todo lo que la gente normal teme. Reñimos y pelamos por todo lo que nos queda, lo poco que nos queda, y no nos faltan pelotas para pelear si algo nos atrae.

miércoles, 2 de mayo de 2012

La calidad de las sonrisas.

Las prisas, los colegas, las buenas experiencias, los amigos de cerca y la lluvia ahí fuera. Los litros, las borracheras, los problemas, las ojeras y las parejas.
Mucha buena música, mi gente y todo lo que necesito en un pedazo de mundo, fuera de las redes sociales, alejado de la televisión y de cualquier trozo tecnológico. Escuchar la lluvia sobre un pedazo de tela que me salva la vida, despertar con el paso de un tren a unos cientos de metros, los gritos de alguno, o por el frío húmedo del campo.
Sea como sea, he vuelto con las pilas cargadas, no he visto nieve, pero el granizo me golpeó la cabeza, y parece que algo ahí dentro se ha arreglado, ya no necesito nada bueno para sonreír, puedo hacerlo por mi mismo.
Porque lo importante en la vida no es reír, todos podemos reír, aunque estemos muertos por dentro, lo importante es sonreír, no necesitar de nada para ser feliz, depender de uno mismo y de su alrededor, la clave de la vida es esa, la calidad de tu sonrisa, lo fuerte que sea tu carcajada.